¡Heredó el ritmo, la pasión y el talento! Milan, el hijo de Shakira y Piqué, sorprende al mundo con su voz celestial y promete destronar a las grandes estrellas del pop internacional
¡El futuro ya suena en casa de Shakira! Milan, su hijo mayor, desata furor mundial al demostrar que la música corre por sus venas y que nació para brillar en los escenarios
En una mansión resplandeciente de Miami, donde el sol no solo calienta las paredes sino también los sueños, una melodía comienza a nacer. No es Shakira quien la canta, aunque su influencia está presente en cada nota. Esta vez, la estrella no es la madre… sino el hijo: Milan Piqué Mebarak, de apenas 11 años.
Desde que nació bajo el escrutinio de las cámaras, Milan ha vivido entre micrófonos, estudios de grabación, y el eco permanente de los estadios. Su papá, Gerard Piqué, lo rodeó del universo del fútbol. Pero el alma del niño siempre bailó al ritmo del tambor, no al de un balón. Fue Shakira quien lo notó primero: Milan no pateaba pelotas, tocaba las paredes con ritmos extraños… como si el mundo fuera su batería personal.
Una tarde cualquiera, mientras Shakira ensayaba con su banda, Milan entró al estudio. “¿Puedo cantar contigo, mami?”, preguntó con inocencia. Lo que nadie esperaba era que esa voz, tan joven como potente, paralizara la sala de ensayo. El ingeniero de sonido dejó caer su café. Los músicos se miraron sin hablar. Había nacido una estrella.
Pero Shakira, astuta y protectora como siempre, decidió guardar silencio. Sabía que el mundo no perdona los errores de los hijos de los famosos. “Déjalo crecer, que cante solo para nosotros”, decía. Sin embargo, el destino tenía otros planes.
Fue durante una visita a un programa infantil en Miami, donde Milan acompañaba a su madre como simple espectador. En un momento improvisado, le pidieron a los niños del público que subieran a cantar un fragmento de su canción favorita. Milan levantó la mano. Cuando subió al escenario y comenzó a cantar “Try Everything” —el tema que su madre compuso para Zootopia—, el público enmudeció.
El video, grabado por un fan y subido a TikTok, alcanzó 35 millones de vistas en 48 horas. Las redes estallaron: “¿Quién es ese niño?”, “¡Tiene la voz de un ángel!”, “¡Shakira, lánzalo ya!” fueron algunos de los comentarios que coparon las plataformas.
La maquinaria mediática no tardó en activarse. En cuestión de días, las grandes disqueras internacionales tocaron a la puerta de Shakira. Sony Music, Universal, y hasta representantes de K-pop mostraron interés. Pero la barranquillera tenía algo claro: “Mi hijo no será un producto. Será un artista. A su ritmo y bajo sus propias reglas”.
Milan, lejos de deslumbrarse, siguió su vida como si nada. “No quiero ser famoso por ser tu hijo, mamá. Quiero que me escuchen porque tengo algo que decir”, confesó una noche mientras cenaban sushi en la terraza.
La familia se reunió. Incluso Gerard Piqué, desde Barcelona, participó por videollamada. “Si va a cantar, que lo haga bien. Con pasión y sin presión”, dijo el exfutbolista, más emocionado de lo que intentaba parecer.
Con el permiso de ambos padres, Milan comenzó su formación vocal profesional con entrenadores de primer nivel. Además, aprendió producción musical y composición. En tan solo seis meses, escribió su primera canción original: “Planeta Azul”, una balada sobre cuidar el medio ambiente, cargada de dulzura, mensaje social y una melodía que se queda pegada al corazón.
El debut fue anunciado por todo lo alto. Shakira publicó en Instagram: “Orgullosa de presentarles al artista más pequeño de mi casa… pero con un talento inmenso. #MilanDebut”.
El lanzamiento se hizo con un videoclip sencillo pero impactante: Milan cantando bajo la lluvia en un bosque arti
ficial, rodeado de niños de diferentes razas abrazando árboles. En una semana, el video alcanzó 100 millones de reproducciones.
Pero no todo fue felicidad. Algunos críticos, quizá con envidia o simplemente hambre de polémica, aseguraron que todo era parte de una estrategia de marketing de Shakira para volver a los titulares. “¿En serio creemos que un niño de 11 años puede componer así?”, preguntó un presentador en un programa de chismes. Shakira respondió con elegancia: “El talento no tiene edad. La autenticidad no se finge. Milan canta lo que siente.”
La gira de promoción fue corta pero efectiva: entrevistas en shows infantiles, una presentación acústica en The Tonight Show, y hasta una aparición sorpresa en los Latin Grammy, donde Milan interpretó una parte de su canción junto a su madre en el escenario. Fue el momento más ovacionado de la noche.
Desde entonces, Milan ha vuelto a su rutina: escuela, clases de música y tardes de bicicleta. Pero algo cambió para siempre. El mundo lo escuchó. Y quiere más.
Hoy, desde las calles de Bogotá hasta los cafés de París, todos hablan del “nuevo milagro musical colombiano”. Y aunque él insista en que solo está “jugando a ser cantante”, lo cierto es que millones ya lo ven como el próximo gran ídolo juvenil. ¿Será Milan el heredero natural del trono pop que su madre forjó con sudor y corazón?
El tiempo lo dirá. Pero lo que sí es seguro es que el futuro del pop ya suena… y suena desde casa de Shakira.