🧨👀 “Me llamó gorda debajo de una foto con mi esposo y me pidió borrarla… Lo que hice después la dejó sin palabras”
Mi esposo y yo llevábamos mucho tiempo planeando estas vacaciones. A última hora, hicimos una excursión al mar, y justo un día después del vuelo, estaba en la orilla, despeinada, en traje de baño con los hombros al descubierto, con salpicaduras de sal en las mejillas; me sentía guapísima.
Siempre supe que no encajaba en el molde, pero él estaba allí. Sus brazos me abrazaron no por lástima, sino con orgullo. Y no necesitaba nada más.
Al tercer día, nos tomamos una foto al atardecer, junto al mar. Simplemente nos abrazamos. La publiqué en redes sociales.
Los comentarios fueron cálidos y sinceros. «Eres tan real». «El amor es lo principal». «Eres como un fotograma de una película».
Y de repente:
“Claro que lo sientes, pero esta foto arruina tu reputación. Pareces una mujer gorda del mercado. Bórrala si no quieres que se rían de ti.”
Esto me lo escribió mi mejor amiga. Con quien pasé la universidad, el divorcio de su novio, noches de insomnio, lágrimas, bromas.
Releí el mensaje tres veces. Mi corazón no latía con fuerza. Simplemente se me paró.
No respondí de inmediato. Ni siquiera borré la foto. Simplemente cerré mi portátil y fui con mi marido.
Esa noche lloré y decidí que tenía que explicarle a mi amiga que no podía hacer eso. Y eso fue lo que tuve que hacer. Continúa 👇👇
No rompí con ella abiertamente. Simplemente desaparecí de su vida en silencio. Pero antes de eso… hice una segunda publicación.
En la foto, mi marido y yo estamos en el agua, riendo, tomados de la mano. Yo estoy en traje de baño. El mensaje era simple:
“Nunca he sido delgada. Pero siempre me han querido.
Y para quienes miden la belleza en números, tengo malas noticias: nunca sentirán el amor verdadero.
P. D.: Gracias a todos los que realmente pueden ver los corazones. Y a quienes ya no están conmigo, mucha suerte, la necesitarán”.
Un par de horas después, mi amiga me volvió a escribir, con una larga excusa. Que “quería lo mejor”, “solo estaba preocupada”, “no pensó”.
Pero no abrí el mensaje. Simplemente la dejé en el pasado.
Un mes después, mi amiga publicó una foto con su nuevo novio. Aparece con mucho Photoshop. No me gustó.
Dos meses después, abrí mi blog sobre el cuerpo, la aceptación y el amor propio. Consiguió 30.000 suscriptores. La gente escribió que los había inspirado a ir a la playa por primera vez en años.