Gabriel García Márquez rompió el silencio: ‘Los ovnis no vienen por nosotros, ya nos estudiaron hace milenios y conocen nuestro destino
Gabriel García Márquez y los OVNIS: Revelaciones cósmicas de un Nobel que creyó en la poesía del universo
Bogotá, Colombia — No era ciencia ficción, ni una metáfora literaria. Gabriel García Márquez, el gigante de las letras latinoamericanas, Premio Nobel de Literatura, dejó al mundo boquiabierto con una de sus confesiones más inesperadas: “Los ovnis existen, pero su destino no es la Tierra.”
En una entrevista rescatada y viralizada en redes tras su fallecimiento en 2014, el autor de Cien años de soledad ofreció una visión tan lírica como inquietante sobre los objetos voladores no identificados y su conexión con el destino cósmico de la humanidad. Un testimonio que, a pesar de haber pasado desapercibido durante años, hoy enciende debates en universidades, foros de ufología y hasta círculos literarios de todo el mundo.
“NO SOMOS EL CENTRO DEL UNIVERSO, SOMOS UNA ALDEA OLVIDADA”
Cuando se le preguntó sobre su opinión acerca de los ovnis, Gabo fue tajante:
“Mi opinión es de sentido común: creo que son naves de otros planetas, pero cuyo destino no es la Tierra.”
Esta frase, sencilla y demoledora, abre una puerta filosófica que va mucho más allá de los clichés de Hollywood. Para Márquez, la humanidad sufre de un narcisismo cósmico: nos creemos importantes, protagonistas, pero en realidad somos —según él— una “aldea perdida en la provincia menos interesante del universo.”
Una frase que, como toda su literatura, nos enfrenta con una verdad tan poética como cruel: no somos el centro de nada.
YA NOS ESTUDIARON: “SABEN MÁS DE NOSOTROS QUE NOSOTROS MISMOS”
El escritor, famoso por convertir lo real en mágico y lo mágico en cotidiano, deslizó una teoría tan sorprendente como escalofriante:
“Nos estudiaron hace miles de años. Ya conocen nuestro destino.”
Para él, los seres detrás de los ovnis no sólo existen, sino que tienen un ciclo biológico “inmensurablemente más amplio y fértil” que el nuestro. Según Gabo, hace siglos —quizá milenios— terminaron su investigación sobre los humanos, y simplemente ya no les interesamos.
La Tierra, en sus palabras, no sería más que “una isla de emergencia en las rutas aleatorias de la navegación espacial.”
¿UNA CONSPIRACIÓN DEL PODER? “NO LES DEN TANTA INTELIGENCIA”
En una época donde los teóricos de la conspiración acusan a los gobiernos del mundo de esconder la verdad sobre los ovnis, Gabriel García Márquez se mostró escéptico frente a esa paranoia colectiva:
“No creo que haya una conspiración de los grandes poderes para ocultar la verdad. Eso sería atribuirles más inteligencia de la que tienen.”
Una afirmación que mezcla su agudeza política con su sarcasmo característico. Gabo no confiaba en el poder, pero tampoco lo consideraba lo suficientemente brillante como para orquestar una conspiración global.
LA CIENCIA COMO RELIGIÓN: “NEGAMOS LO QUE NO CABE EN UN FRASCO”
Para Márquez, el verdadero problema no era la conspiración, sino el dogmatismo científico. Atacó con dureza a los científicos “regresivos” que niegan la existencia de vida extraterrestre simplemente porque no pueden meterla en un laboratorio.
“Negamos a los marcianos porque no los vemos, sin preguntarnos si los marcianos no serán los microbios que nos hacen la guerra desde dentro del cuerpo.”
Aquí es donde su voz se convierte en un eco de los alquimistas. Márquez defendía una ciencia más intuitiva, más poética, más cercana a la clarividencia que al tubo de ensayo.
“Mientras la ciencia sea experimental —y no clarividente, como la alquimia— seguiremos siendo parte del reino de las percepciones.”
LOS OVNIS DE LA BIBLIA Y LA CEGUERA COLECTIVA
En un pasaje casi bíblico, Márquez recordó que los discos luminosos surcan los cielos desde los tiempos más remotos:
“Seguiremos viendo con la boca abierta esos discos luminosos que ya eran familiares en las noches de la Biblia.”
Y aún así, añade, los negamos incluso cuando “sus tripulantes se sientan a almorzar con nosotros.”
¿Está insinuando que los extraterrestres han estado entre nosotros? ¿Que hemos comido con ellos, convivido con ellos, y aún así preferimos negarlos porque no caben en nuestro paradigma racional?
Para Gabo, la respuesta es sí. Porque vivimos —según él— en el planeta “más provinciano, reaccionario y tardío del universo.”
EL NOBEL QUE MIRABA AL CIELO CON OJOS DE POETA
Más allá del debate ufológico, la visión de Gabriel García Márquez sobre los ovnis revela una verdad aún más profunda: nuestra desconexión con el misterio.
En una época donde todo debe ser probado, medido y etiquetado, Gabo nos recuerda que no todo puede explicarse con ciencia. Que hay dimensiones —como el amor, la muerte o el universo— que sólo pueden entenderse desde la poesía.
Y quizá, sólo quizá, los ovnis no sean más que un espejo cósmico que refleja nuestra incapacidad de aceptar lo desconocido.
EPÍLOGO: OVNIS, GARCÍA MÁRQUEZ Y LA LITERATURA DEL FUTURO
Las palabras del autor colombiano siguen flotando como esos discos luminosos en el cielo nocturno. Despiertan miedo, fascinación, y sobre todo, una pregunta que no tiene respuesta científica:
¿Y si todo lo que creíamos saber sobre el universo… está completamente equivocado?
En una era donde los gobiernos comienzan a desclasificar informes sobre fenómenos aéreos inexplicables, las palabras de Gabriel García Márquez resuenan con una fuerza profética. No porque supiera algo que otros ignoraban, sino porque veía con los ojos que sólo los grandes escritores poseen: los de la intuición, la metáfora y la verdad poética.
Texto inspirado en la entrevista original “Ovnis and Quantum” con Gabriel García Márquez (1927–2014)
Foto oficial: Marina de los Estados Unidos