“Me traicionó en pleno aeropuerto”: La Chilindrina rompe el silencio sobre su dolorosa ruptura con Florinda Meza y revela el día en que todo cambió para siempre
Cuando la amistad se rompió en el aeropuerto: la verdad detrás del distanciamiento entre La Chilindrina y Doña Florinda
Durante años, fueron un símbolo de la televisión latinoamericana. En las casas de millones de familias se colaban sus risas, sus peleas ficticias y sus entrañables personajes. Pero detrás de cámaras, las cosas no siempre fueron tan color de rosa. Hoy, María Antonieta de las Nieves, la eterna “Chilindrina”, abre su corazón y revela un episodio que cambió para siempre su relación con Florinda Meza, quien interpretó a la estricta pero querida Doña Florinda.
Un inicio lleno de complicidad y amistad
“Florinda y yo empezamos siendo muy buenas amigas. Éramos las únicas mujeres jóvenes del elenco de El Chavo del 8, y eso nos unió desde el principio. Salíamos de compras, compartíamos camerinos, nos reíamos mucho… incluso nos llamábamos para contarnos chismes”, recuerda María Antonieta con cierta nostalgia.
La historia comenzó cuando Florinda Meza fue incluida en el programa por una razón muy práctica: “Éramos tres niños en la vecindad y hacía falta una mamá. Así nació Doña Florinda, la madre de Kiko”, explica La Chilindrina. El personaje se volvió icónico, y la química entre las actrices parecía ir más allá de los guiones.
El día que todo cambió
Pero como suele suceder con las amistades que parecen inquebrantables, a veces un solo gesto es suficiente para romperlas. Y eso fue exactamente lo que pasó en un aeropuerto, en medio de una gira.
“Regresábamos de Argentina. Ambas habíamos comprado unos abrigos de piel que ya estaban prohibidos. Yo lo metí en la maleta, bien escondido. Pero Florinda, sin más, se lo puso encima como si fuera una bufanda”, relata María Antonieta. “Los oficiales la detuvieron y le encontraron no uno, sino dos abrigos. Y entonces, en vez de asumir su error… me señaló a mí: ‘¡María Antonieta también trae uno!’, gritó. Ese fue el momento en que algo se rompió entre nosotras.”
La traición fue inesperada. “Yo jamás pensé que una amiga me iba a echar de cabeza así. Podía haber callado, podía haber enfrentado su situación sola, pero prefirió hundirme con ella. Desde ese día, nuestra relación ya no fue igual”, dice con un dejo de tristeza en la voz.
Egos, diferencias y silencios incómodos
Después de aquel incidente, la tensión empezó a colarse en los pasillos del set. “Sí, hubo roces. Como en todas las familias, había egos, malentendidos, competencias silenciosas. Pero siempre mantuvimos el respeto, porque al final, éramos un equipo”, asegura La Chilindrina.
María Antonieta no oculta que, aunque con Florinda las cosas se enfriaron, con el resto del elenco su relación fue otra historia. “Con la esposa de Chespirito, doña Graciela, me llevé increíble. Ella fue como una madre para mí después de que la mía falleciera. Me aconsejaba, me cuidaba…”, dice con los ojos iluminados. “Y con Chespirito, siempre lo vi como un padre, un ídolo. Jamás pasó nada entre nosotros, aunque la gente inventara chismes.”
Sobre los supuestos celos de Florinda, prefiere no especular. “No sé si ella sintió celos o inseguridad, pero yo no puedo hacerme cargo de lo que otros sienten. Cada quien vive sus emociones como puede.”
De la vecindad al mundo entero
Con el paso del tiempo, cada quien tomó su propio camino. Mientras Florinda Meza continuó al lado de Chespirito, María Antonieta siguió conquistando al público como La Chilindrina. “Hice giras por todo el mundo. El personaje se volvió mío, parte de mi piel, de mi historia. Y aunque ya no compartía escenas con Florinda, descubrí que la vida a veces te saca de un lugar para llevarte a otro donde terminas siendo quien estás destinada a ser”, reflexiona.
Lejos de quedarse anclada en el pasado, María Antonieta ha preferido mirar hacia adelante, enfocarse en su carrera, su familia y en el cariño de los fans. “Lo que pasó con Florinda ya es historia. No guardo rencor, pero tampoco olvido. Aprendí que incluso las amistades más sólidas pueden romperse por un acto de egoísmo.”
¿Reencuentro posible?
Cuando se le pregunta si sería posible una reconciliación, su respuesta es tan sincera como firme: “No lo sé. No le deseo mal, pero tampoco siento la necesidad de reencontrarnos. Cada quien siguió su camino, y está bien así.”
En medio de la nostalgia por una época dorada de la televisión, la historia entre La Chilindrina y Doña Florinda nos recuerda que detrás de las cámaras también hay historias humanas, con sus luces y sombras. Que la fama, el trabajo y la cercanía no siempre garantizan una amistad duradera. Y que, a veces, basta una sola palabra —pronunciada en el peor momento— para marcar un antes y un después.
Una Chilindrina que nunca deja de sonreír
Hoy, María Antonieta de las Nieves continúa activa, con presentaciones, entrevistas y un cariño inquebrantable por su público. Su sonrisa, la misma que acompañó a generaciones enteras, sigue intacta. “La Chilindrina es parte de mí. Nunca dejaré de ser esa niña traviesa con moñitos”, dice entre risas.
Y aunque aquella amistad con Florinda Meza quedó atrás, su legado en la historia de la televisión mexicana y latinoamericana sigue más vivo que nunca.